
Por ejemplo,
ya se probó en un dron que, con un pequeño chip, fue capaz de navegar varias
habitaciones y luego reconocer a cuales había entrado. Para que el dron aprenda
de esta forma se necesitaría un ordenador complejo, pero gracias a los chips
neuromórficos no fue necesario.
Por ahora
parece algo básico, pero a futuro
es muy prometedor. Imagínate una red de robots
que aprendan de nuestro entorno y compartan sus conocimientos a
través de internet. O por ejemplo una inteligencia artificial capaz de competir
con un experto dentro de un videojuego, aprendiendo estrategias para vencerte.
Todo es posible.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario